En Cádiz manda la derecha y Teófila Martínez quiere que se note. Si dios Hércules Fundador no lo remedia, el pleno municipal aprobará el día 19 una nueva ordenanza de circulación para que la gente ande por donde hay que andar: "por la acera de la derecha según el sentido de la marcha". Qué marcha, hija, Teófila, con esto de querer meterte hasta ese extremo en la vida de la gente. ¿Por qué no te dedicas mejor a iluminar por la noche la playa de la Caleta, que es la única que falta con alumbrado en plan Estadio Carranza en la final del Trofeo? Con haber puesto de dulce de Pastelería La Gloria por las noches las tres playas abiertas al Levante (la Playita, La Victoria y Cortadura) podías haberte quedado satisfecha. Pero tú, no, hala, a decirnos cómo hay que andar por Cádiz.
¿Y sabes cómo hay que andar por Cádiz, Teófila, hija, se ve que eres de la Montaña y no te acabas de enterar? Pues hay que andar embelesado... Ni por la derecha ni por la izquierda: embelesado. Engloriado con uno de los cascos históricos más importantes de las ciudades españolas. Absortos ante la belleza de esas largas calles (Sacramento, Rosario) con sus cierres blancos, con la torre-mirador que asoma allá a lo lejos, con ese bronce del cañón de esquina, con el mármol de Carrara de esa casapuerta, con la caoba de ese portalón, con la piedra ostionera de estas fachadas...
Lo peor de toda la ordenanza es lo de pararse a echar un ratito, un cigarrito, una charlita, un comentario, una cosa: "Los ciudadanos no deben detenerse en las aceras formando grupos que dificulten el tránsito de los demás vecinos". Tú lo que quieres es acabar con los que venden las caballas en los Callejones esquina Sagasta.
Así, parándose la gente en las aceras a comentar lo de la Constitución, es cómo nació en el Cádiz de las Cortes de 1812 el concepto contemporáneo de opinión pública. Tú no quieres facilitar la circulación: ¡tú lo que quieres es acabar con la opinión pública!
Claro que sé que en el fondo, Teófila, haces estas cosas por tu profundo amor al Carnaval. Sabes que los letristas de las agrupaciones están ya liados con los primeros cuplés del repertorio y eres tan generosa que ya les has dado hechos por lo menos treinta cuplés de medida, que son los más difíciles, después ya se le coge el tranquillo y es coser y cantar. (Por la derecha o por la izquierda, lo que no podrás impedir, oh Teófila, es que las calles de Cádiz sigan siendo esa maravilla que llevan todas al mar.)
Antonio Burgos, Las calles de Cádiz.
En este espacio se compila el trabajo desarrollado por los participantes en la asignatura de libre elección Caminar Barcelona
03 marzo 2007
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