Barcelona todavía tiene afortunadamente un lado verde, que se levanta apenas a sus hombros, un elemento que enriqueca la ciudad noteblemente, como para protegerla y incluirla hacia el mar.
Una inmensa área rica de verde incontaminado y de densa vegetación, con las trayectorias al estado natural, sin asaltar el paisaje, prorio para ser parte del parque.
Pero iguales la capital italiana puede jactarse de numerosas áreas verdes en la ciudad, ricos de vagetacion y albores, de historia y de arquitectura.
Es el parque del Villa Borghese que ocupa un área inmensa en el corazón de la ciudad, abarcado entre la característica de Mura Aureliane que ensamble la puerta de Pinciana al cuadrado grande de Flaminio, y los nuevos barrios Salario y Pinciano surgidos en los primeros años del 1900's.
El parque incluye fuentes y trazados, y en sus edificios esculturas y monumentos, trabajo de los artistas ilustres del Barroco, del Neoclassicismo y del arte ecléctica, contornati de árboles seculares, pequeños lagos, huertos y espacios libres estern y grandes, realizados con gran curación y atención.
El equilibrio perfecto entre el arte y la naturaleza, elemento fundamental de su aspecto original, sigue siendo todavia percepibile, aunque los profundos cambios que aguantaron en los siglos.
La alta zona del parque, el pincio, es la caminata en el verde para el antonomasia de la ciudad, lugar del encuentro de los enamorados desde el cual es posible mirar el sol tramontar entre las azoteas de Roma.