Sin olvidar que tratamos de estudiar la transformación urbanística, haber empezado con ‘Caminar Ciutat Vella’ nos da pie a un comienzo desde el origen, pero también nos coloca en uno de los escenarios más complicados de la transformación urbanística.
Como he podido leer anteriormente, hemos de reconocer el origen que supone Ciutat Vella en la ciudad de Barcelona, un origen que da lugar al Eixample, por ejemplo. ¿Cómo hubiera sido el crecimiento de Barcelona de no haberse visto encerrada durante siglos en sus murallas? ¿Cómo hubiera sido el crecimiento de la ciudad en plena revolución industrial fuera murallas? Sin duda son preguntas que nunca nadie podrá responder, pero que nos hacen reflexionar i darnos cuenta de la importancia de esa primera escala, de ese primer origen, del cuál es interesante partir para los ‘Caminar’ posteriores.
Por otro lado, nos damos cuenta de la magnitud de la transformación urbana. ¿Hasta que punto la transformación mejora o destruye el tejido preexistente, lo respeta o rompe con el esquema, cambia usos o reestablece actividades, etc.? Ciutat Vella es de los tejidos más sensibles en este sentido (o el que más) en Barcelona. Pero sin embargo, es un ámbito de actuación constante, renovación sin pausa y cambios por doquier. ¿Cómo, entonces, debemos actuar en tan sensible tejido? Es sin duda, la clave de toda actuación. Algunos dirán que debe preservarse el tejido, las tipologías, los modelos urbanísticos y arquitectónicos de siempre, pero... ¿de que nos sirve pues todo lo que aprendimos? Otros dirán que hay que romper con todo, hacer una apuesta clara y decidida hacia una ‘modernidad’ notable, tanto conceptual como formal, pero... ¿dónde quedará entonces la esencia de este barrio? ¿qué no son sus laberínticas calles, pequeñas plazas, retranqueos, pequeña escala, vida en la calle, etc. lo que configura su carácter? Esta claro que, al menos, debemos ser muy conscientes de todo este trasfondo. Ciutat Vella no debe estancarse, pero debe mantener su carácter, opino. Es decir, como siempre, hay que observar globalmente y actuar localmente, cada minucia es distinta de las que la rodean. Así pues, espero poder pasear eternamente por la Ciutat B/Vella que conozco, vieja y transformada.
Como he podido leer anteriormente, hemos de reconocer el origen que supone Ciutat Vella en la ciudad de Barcelona, un origen que da lugar al Eixample, por ejemplo. ¿Cómo hubiera sido el crecimiento de Barcelona de no haberse visto encerrada durante siglos en sus murallas? ¿Cómo hubiera sido el crecimiento de la ciudad en plena revolución industrial fuera murallas? Sin duda son preguntas que nunca nadie podrá responder, pero que nos hacen reflexionar i darnos cuenta de la importancia de esa primera escala, de ese primer origen, del cuál es interesante partir para los ‘Caminar’ posteriores.
Por otro lado, nos damos cuenta de la magnitud de la transformación urbana. ¿Hasta que punto la transformación mejora o destruye el tejido preexistente, lo respeta o rompe con el esquema, cambia usos o reestablece actividades, etc.? Ciutat Vella es de los tejidos más sensibles en este sentido (o el que más) en Barcelona. Pero sin embargo, es un ámbito de actuación constante, renovación sin pausa y cambios por doquier. ¿Cómo, entonces, debemos actuar en tan sensible tejido? Es sin duda, la clave de toda actuación. Algunos dirán que debe preservarse el tejido, las tipologías, los modelos urbanísticos y arquitectónicos de siempre, pero... ¿de que nos sirve pues todo lo que aprendimos? Otros dirán que hay que romper con todo, hacer una apuesta clara y decidida hacia una ‘modernidad’ notable, tanto conceptual como formal, pero... ¿dónde quedará entonces la esencia de este barrio? ¿qué no son sus laberínticas calles, pequeñas plazas, retranqueos, pequeña escala, vida en la calle, etc. lo que configura su carácter? Esta claro que, al menos, debemos ser muy conscientes de todo este trasfondo. Ciutat Vella no debe estancarse, pero debe mantener su carácter, opino. Es decir, como siempre, hay que observar globalmente y actuar localmente, cada minucia es distinta de las que la rodean. Así pues, espero poder pasear eternamente por la Ciutat B/Vella que conozco, vieja y transformada.
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