En este espacio se compila el trabajo desarrollado por los participantes en la asignatura de libre elección Caminar Barcelona

19 marzo 2007

Roma, la Ciudad Eterna

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“Desde el aire, Roma, la Ciudad Eterna, es un laberinto indescifrable de antiguas calzadas que serpentean alrededor de edificios, fuentes y ruinas.
El helicóptero del Vaticano volaba bajo en dirección noroeste, atravesando la capa permanente de niebla vomitada por el tráfico ur­bano. Langdon vio ciclomotores, autobuses turísticos y ejércitos de coches en miniatura que se movían en todas direcciones. Koyaanis-qatsi, pensó, al recordar la palabra que utilizaban los indios hopis para designar la «vida desequilibrada».
Vittoria iba sentada en silencio a su lado.
El helicóptero se inclinó de manera pronunciada.
Con el estómago revuelto, Langdon clavó la vista en la lejanía. Sus ojos descubrieron las ruinas del Coliseo. Langdon siempre ha­bía pensado que se trataba de una de las mayores ironías de la his­toria. Ahora era un símbolo dignificado del nacimiento de la cultu­ra y la civilización humanas, pero había sido construido para albergar siglos de acontecimientos bárbaros: leones hambrientos despedazando prisioneros, ejércitos de esclavos luchando hasta la muerte, violaciones en masa de mujeres exóticas capturadas en tie­rras lejanas, así como decapitaciones y castraciones públicas. Era irónico, pensó Langdon, o tal vez adecuado, que el Coliseo hubiera servido como modelo arquitectónico para el Soldier Field, el esta­dio de fútbol americano de Harvard donde cada otoño se reprodu­cían antiguas tradiciones salvajes, cuando fanáticos enloquecidos pedían a gritos que se derramara sangre, con ocasión del partido de Harvard contra Yale.
Mientras el helicóptero continuaba hacia el norte, Langdon exa­minó el Foro Romano, el corazón de la Roma precristiana. Las co­lumnas deterioradas parecían losas caídas en un cementerio que, de alguna manera, había evitado ser engullido por la metrópolis que lo rodeaba
Hacia el oeste, la amplia cuenca del río Tíber dibujaba enormes arcos a través de la ciudad. Incluso desde el aire, Langdon vio que las aguas eran profundas. Las corrientes bravias eran de color marrón, henchidas de cieno y espuma como consecuencia de las lluvias to­rrenciales.
—Ahí delante —dijo el piloto, al tiempo que el aparato cobraba
altitud
Langdon y Vittoria miraron y la vieron. Como una montaña que hendiera la niebla matutina, la cúpula colosal surgía de la bruma ante ellos: la basílica de San Pedro.
—Eso sí que Miguel Ángel lo hizo bien —comentó Langdon a Vittoria.
Langdon nunca había visto San Pedro desde el aire. La fachada de mármol brillaba como fuego bajo el sol de la tarde. El gigantesco edificio, adornado con ciento cuarenta estatuas de santos, mártires y ángeles, ocupaba la superficie de dos campos de fútbol de ancho y seis de largo. El cavernoso interior de la basílica podía acoger a se­senta mil fieles, unas cien veces la población del Vaticano, el país más pequeño del mundo.
Por increíble que pareciera, ni siquiera una ciudadela de tamaña magnitud podía empequeñecer la plaza que se abría ante ella. La pla­za de San Pedro, una inmensa extensión de granito, constituía un ex­traordinario espacio abierto en la congestión de Roma, como un Cen­tral Park de estilo clásico. Delante de la basílica, bordeando el enorme terreno ovalado, doscientas ochenta y cuatro columnas se proyectaban hacia fuera en cuatro arcos concéntricos que iban dismi­nuyendo de tamaño, un trompe-l'oeil arquitectónico utilizado para in­tensificar la sensación de grandeza de la plaza.
(...)


Dan Brown
“Angels y demonios” (cap 33)
2000


He elegido esto libro por què escribe muy bien la ciudad de Roma, como capital del Arte y Architectura Antigua y Clasica. He escrito solo una parte de la description de la ciudad mirada de arriba que creo puedes dejar entender la hermosura y la grandiosidad de la ciudad donde vivo y estudio desde quatros años . Aconsejo de leer esto libro y pagina mas pagina, de calle en calle, obra despues obra os enamorareis de Roma ....

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