Cómo entender el carácter especial de Barcelona sin apear sus alturas, es decir sus montañas que lo cercan y su mono pendiente global que viene morir en el mar méditerranéo, ofreciéndole una implantación abierta y dirigida hacia esta última, una relación muy próxima con la naturaleza, con lo « no domesticado ».
También fue muy interesante pasearse en lo que se puede cualificar de límite de Barcelona, de frontera o todavía de umbrine… un lugar no existe gracias a lo que lo limita? Pues esta naturaleza, estas montañas en este caso son elementos integrantes de Barcelona.
El empeño tomado enfrente de esta naturaleza es muy interesante, cómo abrírselo al público aportándole el mínimo de modificaciones, sin alterar su aspecto salvaje.
Lo que me parece lo más importante en cuanto a la cuestión de la relación entre la naturaleza y la ciudad contemporánea es justamente de saber hasta qué punto lo englobamos o no en el seno de la ciudad, operando una soldadura o marquemos nosotros una cesura entre estos dos? Es el mismo mundo o dos diferentes. ¿ La ciudad-naturaleza puede existir?
En cuanto a Lille, el prejuicio es radical: la naturaleza no entrará en el seno de la ciudad, queda al borde periférico tal un "cinturón verde" y refuerza el efecto provocado por el periférico, una frontera que cerca definitivamente la ciudad, impide también la sutura de ésta con sus aglomeraciones alrededores. Sin embargo podemos ver tentativas de proyectos urbanos recientes o el tema no es otro que " el bosque habitado ", lo que acabó en general, sin criticar la calidad satisfactoria de los proyectos, un jaque en cuanto a la relación de las viviendas con lo que debía ser " un bosque ". En estos dos casos podemos pedirnos cómo administrar la cuestión de la densidad, y de la extensión posible de la urbanización hacia la naturaleza, y pues lo inverso de la misma manieria.
También fue muy interesante pasearse en lo que se puede cualificar de límite de Barcelona, de frontera o todavía de umbrine… un lugar no existe gracias a lo que lo limita? Pues esta naturaleza, estas montañas en este caso son elementos integrantes de Barcelona.
El empeño tomado enfrente de esta naturaleza es muy interesante, cómo abrírselo al público aportándole el mínimo de modificaciones, sin alterar su aspecto salvaje.
Lo que me parece lo más importante en cuanto a la cuestión de la relación entre la naturaleza y la ciudad contemporánea es justamente de saber hasta qué punto lo englobamos o no en el seno de la ciudad, operando una soldadura o marquemos nosotros una cesura entre estos dos? Es el mismo mundo o dos diferentes. ¿ La ciudad-naturaleza puede existir?
En cuanto a Lille, el prejuicio es radical: la naturaleza no entrará en el seno de la ciudad, queda al borde periférico tal un "cinturón verde" y refuerza el efecto provocado por el periférico, una frontera que cerca definitivamente la ciudad, impide también la sutura de ésta con sus aglomeraciones alrededores. Sin embargo podemos ver tentativas de proyectos urbanos recientes o el tema no es otro que " el bosque habitado ", lo que acabó en general, sin criticar la calidad satisfactoria de los proyectos, un jaque en cuanto a la relación de las viviendas con lo que debía ser " un bosque ". En estos dos casos podemos pedirnos cómo administrar la cuestión de la densidad, y de la extensión posible de la urbanización hacia la naturaleza, y pues lo inverso de la misma manieria.
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