Creo que la idea de poder conocer no sólo lo que aparece en las guías turísticas, sino los lugares de cada ciudad con sus colores y olores, explicados o representados por las personas que son conocedoras de ellos, es la mejor manera para extraer la esencia de cada lugar. Cuando fuimos hace dos años a visitar Collserola, una imagen se me grabó fuertemente en mi biblioteca personal de lugares con encanto. Una vista panorámica de toda Barcelona y en atardecer. El sonido que escuchábamos nos envolvía en un tipo de burbuja en el que veíamos la ruidosa ciudad pero no la oíamos. Estábamos captando el mejor de los momentos de ambos lugares al mismo tiempo. Creo que en ningún libro pueda escribirse ni describirse lo que en ese momento algunos de los allí presentes percibíamos.
Al igual que este lugar me llamó a mi la atención, hubo muchos más recorridos que hicimos, y que cada uno de ellos tenía un cierto carisma, por así decirlo.
Lo importante no es acordarte de cómo exáctamente era el lugar, sino cómo exáctamente ese lugar invadía tu interior.
En este espacio se compila el trabajo desarrollado por los participantes en la asignatura de libre elección Caminar Barcelona
19 febrero 2007
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