El otro día, en la salida a Collserola, me sorprendió que dijeran que los barcelonenses tenemos el lujo de vivir en una de las ciudades en que se tiene mas espacio verde por habitante. Jamás hubiera dicho algo así, jamás hubiera contado el Parc de Collserola como una parte de Barcelona.
Des de mi punto de vista, Collserola es algo a lo que los barcelonenses vamos de escursión, cosa que no pasa con Montjuïc o el Parc de la Ciutadella. Un habitante de Amsterdam no se va de escursión a Vondel Park, ni tampoco lo hacen los parisinos cuando van al Parc de la Vilette. Collserola no forma parte de nuestras vidas de la forma que lo hacen los parques que antes he nombrado (y muchos mas que se podrían nombrar), sino que este es cercano pero ajeno a la ciudad.
Y si comparo el Parc de Collserola con el otro límite de la ciudad, el mar, también veo que su integración es una asigantura pendiente. Así como Barcelona dió un giro hacia el mar hace unos años (que antes era poco mas que un puerto y un vertedero público), creo que aún no lo hemos dado hacia las montañas que nos rodean.
Quizás es que, como se comentó en la visita, no interesa que los habitantes de la ciudad vayan a Collserola de la misma forma que como van a la playa. Si es así, un 10 para los que coordinan todo este proyecto, pero no me pueden decir que gozamos de mas verde que la mayoría de ciudades.
En este espacio se compila el trabajo desarrollado por los participantes en la asignatura de libre elección Caminar Barcelona
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