“Fred als peus” de Àngel Casas
Ed. Quaderns Crema 2002. Pàg 206-207
Explotaban los petardos por la calle a nuestro paso. A ella le daban un poco de miedo los truenos cuando petaban a traición. Pero yo la cogía por los hombros y le decía que aquella noche yo la protegería. Subíamos por la calle San Crist sin hablar de nada en concreto: de los exámenes, de la coca de piñones, ... En la plaza Iberia, la de detrás de la iglesia, quemaba una pequeña hoguera que se consumía, y algunos grandullones la saltaban. Caminamos poco a poco hasta la plaza de al lado, la de l’Església, o Iclésia, o Málaga, o Bonet i Moixí, que era la mía. Allí la hoguera era más grande y más entera. Saludamos a amigos y vecinos y nos quedamos un rato mirando la danza de las llamas.
Y encendimos unos petardos, ella también, comimos un trozo de coca y bebimos un trago de moscatel del porrón. Y arrastrando los pies como quien no tiene ganas de partir, nos alejamos de la gente y la hoguera hacia la casa de Esperanza. Carretera de Sants arriba, cerca de la entonces plaza del Niñu, como le llamaban al cruce de Badal con la Carretera, porqué havia una fuente coronada por una pequeña estatua de un niño meando, como la de Bruselas.
Explotaban los petardos por la calle a nuestro paso. A ella le daban un poco de miedo los truenos cuando petaban a traición. Pero yo la cogía por los hombros y le decía que aquella noche yo la protegería. Subíamos por la calle San Crist sin hablar de nada en concreto: de los exámenes, de la coca de piñones, ... En la plaza Iberia, la de detrás de la iglesia, quemaba una pequeña hoguera que se consumía, y algunos grandullones la saltaban. Caminamos poco a poco hasta la plaza de al lado, la de l’Església, o Iclésia, o Málaga, o Bonet i Moixí, que era la mía. Allí la hoguera era más grande y más entera. Saludamos a amigos y vecinos y nos quedamos un rato mirando la danza de las llamas.
Y encendimos unos petardos, ella también, comimos un trozo de coca y bebimos un trago de moscatel del porrón. Y arrastrando los pies como quien no tiene ganas de partir, nos alejamos de la gente y la hoguera hacia la casa de Esperanza. Carretera de Sants arriba, cerca de la entonces plaza del Niñu, como le llamaban al cruce de Badal con la Carretera, porqué havia una fuente coronada por una pequeña estatua de un niño meando, como la de Bruselas.
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